No es de extrañar al intentar definir la expresión “bebidas alcohólicas”, retrocediendo en el término alcohol hasta su origen descubramos que el consumo del alcohol ha estado presente a lo largo de la historia de la humanidad. También advertimos en el transcurso de la historia y de la ciencia, que el mismo ha ido variando y evolucionando pudiéndose apreciar nuevas formas de elaboración y variedades.
Y así, podemos distinguir entre las bebidas fermentadas (el vino, la sidra y la cerveza) y las destiladas (whisky, vodka, absenta, ron, ginebra, coñac, hidromiel y anís).
Realizaremos una aproximación al origen de cada una de dichas bebidas, conociendo un poco de su historia, elaboración, sus productores y consumidores principales, además de sus características identificativas y distintas variedades y marcas que podemos encontrar en el mercado.
Una época como la actual, marcada por el culto al cuerpo (belleza y salud), motiva el desarrollo de diversos estudios acerca de los beneficios sobre el consumo moderado de alcohol, como sucede con los realizados con el vino y la cerveza. Sus beneficiosas propiedades cardiovasculares y anticancerígenas entre otras recomiendan sin dudar su consumo (una o dos copas diarias) durante las comidas o cenas.
De igual modo, el exceso en su ingesta puede ocasionar diferentes daños en nuestro organismo. Así sucede con el coma etílico (intoxicación alcohólica), problemas renales ocasionados por la “cirrosis”, y dependencia de su consumo calificada como “alcoholismo”. Problemas sociales son puestos de manifiesto igualmente, pudiendo a causar depresión, ansiedad, violencia, etc…
Estamos acostumbrados a la presencia de las diferentes bebidas alcohólicas en cualquier tipo de evento social, celebración íntima, comidas, cenas, etc…, evolucionando la forma de presentárnoslo, encontrando fácilmente en cualquier tipo de restaurantes y bares a los “cócteles”, considerados como más “chic”, con combinados tan conocidos como el “Martini”, “Mojito”, “Daikiri”, “Margarita”, etc…, debiendo tener siempre presente que un consumo abusivo de alcohol puede acarrear graves consecuencias también a terceros (accidentes de tráfico), no debiendo olvidar la consigna : “Si bebes no conduzcas”.