Como veníamos diciendo, habituarse a ingerir diariamente bebidas alcohólicas presenta serias consecuencias para la Salud, la Familia y el Trabajo que no compensan.
Comenzaremos por centrarnos en cómo nos afecta en la Salud, es decir, en el sistema nervioso, aparato cardiovascular y en la musculatura. Recordemos que una persona sana metaboliza entre 7 y 14 gramos de alcohol por hora, dicho de otro modo, de 100 a 200mg/kg de peso corporal por hora, y cuando es superada esa cantidad se queda en la sangre aumentando la tasa de alcoholemia, esto es, la concentración de alcohol en sangre. Esto quiere decir, que mientras es metabolizado se distribuye por todo el cuerpo afectando al cerebro y otros tejidos. El hígado es el principal órgano donde se metaboliza el alcohol, pero también representan agentes importantes para la eliminación de alcohol en nuestro organismo los riñones y los pulmones. En pequeñas cantidades, aunque inhibe el dolor, entorpece los reflejos, aunque es vasodilatador no modifica significativamente ni la presión arterial ni el gasto cardíaco; Y abusando de las cantidades, además, provoca depresión, disminución intelectual, aumento de la presión arterial y gasto cardíaco, y a una seria dependencia física. Entre los problemas y enfermedades derivadas del abuso del alcohol podemos encontrar: el coma etílico (en el caso de una ingesta excesiva de alcohol sufrimos una intoxicación etílica que puede derivar en un estado comatoso) y la cirrosis hepática. Lo que nos conduce, inevitablemente a considerar, también, cómo nos afecta a nivel social (familia y trabajo).
Esa dependencia al alcohol que deriva en una enfermedad, que inevitablemente repercute provocando serios problemas, también, en ámbitos familiares y sociales, se denomina alcoholismo. La persona que padece esta enfermedad, a su vez, reúne un cuadro de complicaciones colaterales, paralelamente a sus problemas de salud. Por tanto podemos afirmar que se trata de una enfermedad bastante compleja, multicausal y pluridimensional.
Cada vez tratan de concienciarnos más sobre todos los efectos contraproducentes que el alcoholismo provoca, prueba de ello son las campañas publicitarias sobre la prevención de accidentes de tráfico a consecuencia del alcohol de la Dirección General de Tráfico (DGT). Y como es obvio esto se debe al riesgo real que existe de que un accidente de tráfico sea provocado por personas que conducen bajo la influencia del alcohol.