Las bebidas destiladas son aquellas bebidas alcohólicas obtenidas mediante el proceso de destilación y que poseen un contenido alcohólico mínimo del 15% vol. Hay un total de 47 tipos de estas bebidas, que incluyen licores, vodka, ginebra, ron, whisky, aguardientes de frutas, entre otras. La producción de estas bebidas está sujeta a aprobación y regulación fiscal en España, y debe ser registrada en la oficina de aduanas. Este proceso garantiza tanto la calidad como la legalidad de la fabricación y distribución de estas bebidas en el país.
¿Qué es una bebida destilada?
Las bebidas destiladas son un tipo de alcohol que se produce a través de un proceso llamado destilación. Básicamente, consiste en calentar un líquido para que los componentes alcohólicos se evaporen, luego enfriar y condensar esos vapores para obtener una bebida con más alcohol. Entre estas bebidas se encuentran licores, vodka, ginebra, ron, whisky y aguardientes de frutas. Por lo general, tienen un contenido alcohólico de al menos el 15% por volumen y están sujetas a regulaciones fiscales y aprobaciones gubernamentales en varios países, incluyendo España. Este proceso es bastante controlado para garantizar la calidad y seguridad de las bebidas que llegan a los consumidores.
¿Cómo se crea el alcohol?
El alcohol se forma a través de un proceso llamado fermentación, específicamente la fermentación alcohólica, donde el almidón o el azúcar se transforman en alcohol. Este proceso es desencadenado por levaduras o ciertas bacterias en ausencia de oxígeno. Un ejemplo de ello es la producción de vino mediante la fermentación de uvas, o la cerveza a través de la fermentación de malta (granos germinados). Por otro lado, el brandy, como su nombre indica, se somete a un proceso de destilación: el puré resultante de la fermentación se calienta para obtener un alcohol de alta graduación.
A pesar de las diferentes formas de producción, la fórmula química del alcohol, es decir, el etanol, siempre es C2H5OH. En consecuencia, el impacto del etanol en el cuerpo sigue siendo constante: a mayor contenido de alcohol, mayor es el efecto. Es fundamental consumir alcohol con moderación, ya sea en forma destilada para licores o en forma fermentada para cerveza o vino. Durante los procesos de fermentación y destilación, se generan diversas sustancias acompañantes, las cuales contribuyen al sabor y a la “tolerancia” única de cada bebida. Por lo tanto, es esencial tener en cuenta estos factores al disfrutar de estas bebidas.
¿Cómo se hace la destilación?
La destilación, químicamente hablando, es básicamente un método de separación térmica, donde se controla la temperatura para separar sustancias fácilmente vaporizables de una mezcla líquida que contiene sustancias más difíciles de vaporizar. En términos más sencillos, se trata de extraer ciertos componentes de una mezcla líquida mediante el uso de calor controlado.
Cuando se trata de la elaboración de aguardientes, el proceso implica destilar un puré compuesto de diversos ingredientes como cereales, patatas, arroz, frutas e incluso productos más exóticos como cactus o frutos secos. Este puré contiene alcohol debido al proceso de fermentación. Durante la destilación, este alcohol se evapora y se separa. Para lograrlo, el puré se vierte en un alambique, que es básicamente una especie de tetera calentable, y se calienta.
El puré en sí está formado por sustancias volátiles y evaporables como alcohol, agua y aromas, así como sustancias no volátiles, es decir, aquellas que no se evaporan, como semillas o cáscaras. Cuando se calienta, las partes volátiles comienzan a evaporarse.
Una vez que el alcohol se ha evaporado, se condensa, es decir, se enfría y vuelve a ser líquido, goteando en un recipiente colector. Para algunas bebidas con alto contenido alcohólico, se requieren varias destilaciones. Sin embargo, no todo el líquido obtenido se puede utilizar, ya que el “pienso” resultante contiene, entre otras cosas, metanol, que se separa del producto final.
El núcleo de la destilación, también conocido como el curso medio, contiene el alcohol deseado (etanol) y una variedad de aromas. Es de este término medio que se obtiene el espíritu deseado. La cola, por otro lado, contiene aceites de fusel, que también se separan del producto final.
¿Cuáles son los diferentes tipos de bebidas destiladas?
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Aunque todas las bebidas espirituosas comparten la destilación como método de producción, presentan una gran diversidad debido a los distintos ingredientes utilizados, los procesos de destilación y las variadas etapas de maduración. Legalmente, la elaboración de grano está limitada a centeno, trigo, cebada, avena o trigo de haya, utilizando todo el grano. El Korn, por su parte, sólo puede producirse en zonas de la Unión Europea donde el alemán sea una lengua oficial y donde esta bebida tenga una tradición arraigada.
En términos generales, el proceso de producción de cereales comienza con la molienda húmeda para obtener una harina fina. Luego, esta harina se mezcla con aproximadamente 3-4 veces su cantidad en agua, y después de agregar malta o enzimas, se calienta a unos 75-80°C. Posteriormente, se enfría, se añade levadura y se inicia la fermentación, donde el almidón del grano se divide en malta o glucosa en dos fases. La levadura fermenta el azúcar existente en alcohol y CO2, culminando este proceso en tres días. El alcohol obtenido se destila, resultando en el “destilado fino” o curso medio. Luego, se mezclan diferentes tipos de bebidas espirituosas finas con agua desmineralizada hasta alcanzar una concentración potable, con contenido mínimo de alcohol del 32% vol. para el grano y 38% vol. para el doble grano.
Cabe mencionar que las bebidas espirituosas, como el ron, el vodka y el tequila, presentan grandes diferencias incluso dentro de un mismo género. Por ejemplo, el ron se elabora con melaza, el vodka generalmente con cereales o patatas, y el tequila con agave.
En el caso del whisky, ya sea americano, irlandés o escocés, se utiliza centeno, cebada o maíz en su elaboración, y su tiempo de maduración en barricas de roble carbonizadas es crucial para su perfección. La ginebra moderna, por su parte, diversifica su receta y método de producción, basándose en un alcohol agrícola que puede derivar de diversas materias primas, y se aromatiza con enebro y otros ingredientes botánicos mediante métodos como la maceración, la digestión o la extracción con vapor.
Estos ejemplos son solo una muestra del variado mundo de las bebidas espirituosas, que, disfrutadas con moderación, se integran como parte esencial de nuestra cultura del placer.