La cachaça es la bebida más popular en Brasil, siendo originaria de dicho país. Ligado a la colonización portuguesa, su descubrimiento fue posible tras la introducción en el país de la caña de azúcar que llevaron los portugueses. Característica inicialmente de los esclavos (quienes obtenían los beneficios del azúcar, dándoles fuerza y vigor para continuar con el trabajo impuesto), y fabricada por primera vez a finales del siglo XVI, tuvo que superar las trabas impuestas por los propios portugueses, dado que su consumo evitaba el del aguardiente portugués, motivo por el cual ha superado diferentes prohibiciones hasta declararse legal, estableciendo Portugal un impuesto regulador de su producción y venta. Inicialmente basada en la superstición y atribuidos poderes curativos, pasó a ser el producto más demandado en Brasil alrededor del siglo XIX.
Respecto a su elaboración, no difiere del resto de la de las bebidas destiladas, encontrando en la destilación del líquido fermentado de la caña de azúcar, su proceso de elaboración; primero preparando la caña de azúcar, cortándola y limpiándola para ser exprimida después, colando el zumo obtenido, proporcionándole calor para acabar de eliminar el agua sobrante, añadiendo como paso previo a la destilación unas levaduras que faciliten el proceso fermentativo. Por último, los alambiques entran en acción para realizar la destilación final.
Brasil se erige como el principal productor de esta bebida, siendo además su principal consumidor. La exportación de cachaça es mínima, teniendo a Alemania como su principal país de destino, consumiéndose prácticamente la totalidad de la misma en el territorio brasileño, siendo esta mayor de un billón de litros anuales.
Raro es ver a alguien consumir cachaça en un país distinto a Brasil, si no lo hace utilizándola en cócteles para su consumo, siendo consumida tanto por las clases bajas como por las medio-altas. En la actualidad se ha conseguido regular su comercialización, estableciendo una denominación de origen sobre la cachaça, que facilitará controlar tanto su producción como su venta a otros países.