Esta bebida considerada en el mundo antiguo como la que bebían los dioses, alcanza una graduación alcohólica de unos 13 grados. Debido a su composición rica en miel, presenta los beneficios relativos a la misma, en cuanto a nutrientes y a propiedades regenerativas. Además, señalar dos curiosidades: la primera es que la resaca que habitualmente se produce tras ingerir en exceso cualquier bebida alcohólica no se presenta con el consumo de la hidromiel, siendo ésta asimilada por nuestro cuerpo con relativa facilidad. Igualmente comentar que la frase “luna de miel” surge de nuestra hidromiel, dado que se les regalaba antiguamente a las recientes parejas casadas para facilitar su embarazo en los diferentes ciclos de la luna.
Podemos encontrarnos diferentes tipo de hidromiel en el mercado (pudiendo tomarla tanto bien fría como caliente, dependiendo de nuestros gustos y apetencias; siendo característico a ella su color, reluciente como el oro, su olor, intenso y agradable y su sabor: delicioso). Si bien el agua y la miel están presentes en todas sus variedades, lo que las distingue es lo siguiente:
- Hidromiel tradicional: utilizando los ingredientes clásicos en su elaboración, es decir, el agua, la miel y la levadura, confiriendo las diferentes variedades de miel existentes, variadas composiciones finales de hidromiel.
- Melomel: aquí añadimos unos determinados ingredientes más a la elaboración tradicional: desde determinadas frutas a variados cereales, proporcionando estos un sabor diferente a cada elaboración final.
- Methelglin: aquí cobran importancia las especias, que son quienes aromatizaran y darán sabor a la hidromiel. El consumo de este tipo de hidromiel que se recomienda es calentándola.
Como marcas más reconocidas de hidromiel citamos a las siguientes:
- Vanir D´Melis: fabricada en España
- La eslovaca Slim
- La peruana Caín hidromiel amazonic
- Su homóloga de la Granja Santa Rosa de Perú
- Stakliskes: elaborada en Lituania